martes, 7 de agosto de 2012

amazonas

Amo el Amazonas. Cada vez que debo  ir a grabar al sur me emociono. Es como visitar otro país. Mi primer día en Puerto Ayacucho, fuimos a comer. El dialogo fue el siguiente: - Señora tiene jugos naturales? -Si claro de que lo quiere de:  ceje, manaca, guayaba arazá, copuazú o tupiro?. De contorno tenemos: cazabe o mañoco... quiere la sopa con catara? . Puro nombres y sabores absolutamente desconocidos. 

Hoy años después de mi primera aventura,  he tenido el privilegio e ir muchas veces. Amazonas me sigue sorprendiendo y añoro sus cielos rotundos y el sol detrás de la espalda. La sensación de libertad y el aire puro. 

El soberbio  Orinoco, majestuoso  suena en mis oídos.

 Desde el edificio donde trabajo en el centro de Caracas, dentro de una oficina compartimentada como un laboratorio, bajo el aire acondicionado, y luces de neón. El sol y las nubes apenas se ven  a través de un grueso  cristal. 

Estaba revisando las fotos de mi compu y ver las imágenes del sur me hicieron llorar.











metro

Casi todos los días tomo el metro. Aunque la gente se queja horrores del metro de Caracas - hay días terribles es cierto- es mas o menos igual que los metros de todas las grandes ciudades. Las mismas fallas pero el nuestro tiene aun grandes virtudes: es limpio, la gente no come en los vagones. Las calamidades  que mas me afecta los empujones y la música que la gente escucha a altísimo volumen en sus  dispositivos de audio. 

Pero lo que mas me sorprende es la selección musical de la gerencia del metro -sobre todo- la grata sorpresa de escuchar música de relajación china en los andenes cada  mañana.

Es una rarísima sensación,  la mezcla entre campanitas, guqin, flautas de bambú y el reggaeton  que escuchan los usuarios desde sus celulares.