miércoles, 23 de mayo de 2012

El Pan

El pan, su olor, su textura, ese de la panadería exacta que nos gusta. Caracas tiene el privilegio de ser una ciudad donde se hornea un pan extraordinario. Donde ademas se hace varias veces al día -cosa que pasa en poquísimos países-. Nada como esperar unos minutos de pie en el mostrador a que salga el pan del horno y llevar en las manos estas barras doradas aun calientes a casa. Partir la punta y que se deshaga en la boca.

El recuerdo presente, del pan campesino que papá traía  a casa, de corteza gruesa y rustica, perfecto para comer con tierna mantequilla.
El pan nuestro de cada día. 

En el libro Rapsodia Gourmet de Muriel Barbery, donde se describen diferentes sabores y olores. Hay un  descripción del pan , fabulosa....!!. El libro es una joya.

Si el pan "se basta a si mismo". Es porque es múltiple, no en sus modalidades particulares sino en su esencia misma , pues el pan es rico, el pan es muchos panes, el pan es un  microcosmos.

El reincorpora una ensordecedora diversidad, como un universo en miniatura que en la degustación desvela sus ramificaciones. El asalto, que tropieza enseguida con las murallas de la corteza, se asombra, nada mas superado ese obstáculo del consentimiento que le otorga la miga fresca. Hay un abismo  entre la costra agrietada , a veces dura como una piedra, otras veces simple atuendo que cede enseguida a la ofensiva,  y la blandura de la sustancia interna que se acurruca en las mejillas con mimosa docilidad, tanto que resulta desconcertante.

Las fisuras del envoltorio son infiltraciones campestres : se nos antoja un campo sembrado, nos sorprendemos,  pensando en un campesino , al caer la tarde; acaban de dar las siete en el campanario del pueblo; se seca el sudor de la frente con la manga de la chaqueta; termino su dura jornada.

En la intersección de la corteza y la miga, por el contrario toma forma un molino ante nuestra mirada interior , el polvillo del trigo revolotea alrededor de haz, el aire esta infestado de ese polvo volátil y de nuevo cambia la escena por que el paladar acaba de abrazar la espuma alveolada, liberada de su yugo y puede empezar el trabajo de las mandíbulas. 

Es pan sin embargo, como si de un bizcocho se tratara, pero a diferencia del pastel o incluso del bollo masticar pan lleva a un resultado sorprendente… un resultado. 

Al rededor de la mesa, rumiamos todos concienzudamente  y el silencio. Lejos de los ritos y los fastos de las misas instituidas, sin llegar al acto religioso de partir el pan y dar gracias al cielo, nos uníamos , sin embargo, en una comunión sagrada que nos hacia alcanzar sin saberlo una verdad superior... el pan precipitado al fondo del plato lleno de salsa...

La Tostada con mantequilla: la mantequilla que ha perdido algo de su consistencia cremosa, no llega a estado liquido, como ocurriría si se fundiera sola, al baño de maría en un cazo. La tostada, asimismo pierde, parte de su sequedad algo tristona y se convierte en una sustancia húmeda y caliente que, sin ser esponja ni pan, sino a medio camino entre ambos, excita las papilas con su delicadeza concentrada.

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